Sincerar y avanzar

La verdad, en el sentido de acuerdo entre la palabra dicha, realidad frente a nosotros y la realidad buscada con nuestras acciones, es la urgencia en este momento. Solamente la verdad nos hará libres, es el viejo adagio cristiano.

Más rápido de lo que han querido los enemigos políticos de nuestro gobierno, hemos avanzado en recuperación a pesar de la guerra inmisericorde que ellos mismos y sus mentores de fuera del país, se han propuesto.

Avanzar en el impulso a la producción para el consumo interno y para la exportación en todos los sectores de la economía. La producción que construye riqueza con aporte, además del trabajo dignificante, y los recursos económicos, la tecnología y la clara consciencia de la verdadera producción que se hace en todos los países.

El despertar de que no podemos tener fábricas de utilería, con procesos que se alimentan de la divisa petrolera. La certeza de que tenemos condiciones para la competencia dura en los mercados internacionales, aún con el pago justo de los servicios de electricidad y agua al Estado, las circunstancias dan para que quienes inviertan tengan ganancias adecuadas dentro de lo establecido por nuestras leyes y los usos internacionales. Ganancias lógicas y pagos lógicos, es decir adecuados y justos a la mano de obra que produce.

Son buenos cañones para la recuperación del ingreso, bodegones, camaroneras, todas las empresas exportadoras. Pero es parte de la sinceración, que paguen a sus trabajadores un porcentaje adecuado de sus ganancias en divisas, en las mismas divisas que cobran a sus clientes y compradores. No planteamos quebrar estos pininos de la nueva economía, sólo que mantengamos la norma, la regla del socialismo que fundamentalmente es justicia. Que cada empleado tenga acceso con sus salarios a lo que produce y/o vende.

Dirían nuestras abuelas; «ni tan cerca que queme el santo, ni tan lejos que no lo alumbre». Este principio debemos plantearlo igual para las empresas que van surgiendo y venden en divisas dentro del mercado interno, por ejemplo el de combustibles.

Distribución justa de ganancias, dándole un valor al factor trabajo, evitará que aumenten de manera desmedida la distancia entre los «pocos con mucho y muchos con poco», que caracterizó ilusión de “economía productiva” de la Cuarta República, falsa ilusión de la riqueza petrolera.

Es rudo el avance, es difícil la recuperación. Pero es urgente construir, luego de lo que ha significado está guerra para derrotar las viejas taras heredadas del egoísmo, del manejo grupal por los cuellos duro, de la riqueza petrolera y derrotar al tiempo a quienes vienen por lo mismo con más fuerza, con más ambición, con más entreguismo.

Navegar la ola de la verdad, nos corresponde. Comprender sin críticas de manual, la situación y la búsqueda desesperada de soluciones a la grave problemática de nuestra gente que padece y espera.

Necesitamos sobrevivir, ya eso en una situación como la nuestra, es una importante victoria, con aporte de todos. Es válido y necesario lo que hacemos, los diálogos dentro y afuera.

Decir, mantener y defender nuestra verdad: somos y seremos libres, independientes, solidarios con nuestros hermanos de dentro y de fuera del país.
Inventamos las vías para la sobrevivencia, con sentido responsable y con claro criterio de justicia social. En esto último, diría Mario Moreno, es donde está el detalle.

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