“El periodismo es el mejor oficio del mundo”, utilizo esta frase de Gabriel García Márquez, escritor colombiano y Premio Nobel de Literatura, quizás muy trillada y en algunos casos mal utilizada, para definir esta profesión, en la cual he trabajado por más de 40 años, viviendo las experiencias más inusitadas, que me han permitido crecer y formarme integralmente, para poder ayudar a quien lo necesite.
Cuando se dice, Periodismo: Ayer Vs. Hoy, nos encontramos con una gran brecha de conocimientos y vivencias, que solo un periodista, quien haya transitado por dos siglos, ejerciendo la profesión con veracidad, objetividad, honestidad y ética ha podido experimentar; más aún cuando ha laborado en las diferentes áreas que ésta profesión ofrece, y utilizando el argot periodístico; desde usar falda de lino y medias panty hasta patear la calle, en jeans y zapatos deportivos, y puede mirar atrás con la cabeza erguida porque ha hecho bien la tarea.
Hablar del periodismo de ayer y de hoy, es un reto, no es cuestión de verlo u oírlo, sino de vivirlo. El periodismo es vocación, dedicación y amor por lo que haces. No es simplemente tomar un papel y garabatear algunas palabras, no es tomar una foto y comentarla, no es pararse frente a una cámara y decir cuatro cosas. No, va más allá. Es usar la intuición, la sensatez, la percepción, la investigación y hasta la malicia, para llegar hasta lo que otros no ven, y de esta forma lograr el objetivo, que no es otro que una buena información, que debe ser veraz, por encima de todo.
Cuando recordamos el periodismo de hace cuarenta años, era más trabajado, requería más indagación e investigación, no significa que ahora no se hace, pero cada día, se dedica menos tiempo a estos dos elementos, porque la tecnología es la competidora más fuerte que tienen hoy los periodista, quienes por querer ser los primeros en transmitir un hecho a través de las redes sociales no se toman el tiempo para ahondar en lo que ha sucedido.
Hacer periodismo hoy es más sencillo, por contar con medios que permiten que la noticia llegue al receptor casi de forma inmediata cuando ocurre, no hay la emoción, adrenalina subiendo por nuestro cuerpo mientras corremos para llegar al medio, ya sea radio o televisión para trasmitir el hecho; o si era prensa escrita tomar las gráficas de un suceso, antes que llegaran los compañeros de otros diarios, para tener la exclusiva que saldría al día siguiente en el periódico.
Cuando no había redes sociales, internet, teléfonos inteligentes y no inteligentes. El periodista tenía que ingeniárselas. Por ejemplo, en grandes ciudades como Caracas, era un reto llegar al canal con la noticia, para dar el tubazo. No se imaginan, cuantas veces, sobre todo por el tráfico y las grandes colas que se forman en la capital que se hacía difícil trasladarse de un sitio a otro, vimos a periodistas y reporteros en motos para ganar tiempo y ser quienes daban primero la noticia, aunque fuese a viva voz, con una foto fija del periodista en la pantalla, o de un teléfono para simular que se estaba transmitiendo por esta vía, porque no había imágenes.
Recuerdo mis tiempos de pasante en la División Informativa de Radio Caracas Televisión, durante los años 1978- 1980, cuando allí, primero se trabajaba con cámaras que utilizaban películas, los mejores equipos, que había que revelar en el laboratorio y luego llegaron las cámaras de video, en sus diversas versiones, pero igual había que llevarlas a los canales, para trasmitirlas. Muchos dirán pero ya existan las micro ondas, pero eran solo para casos especiales, porque se debía solicitarlas con anticipación a CANTV para ser instaladas.
En esta época con un teléfono inteligente, para no entrar en detalles de la tecnología que no manejo bien, en cuestiones de minutos trasmites una información desde cualquier parte y con imágenes. Si es cierto, tienes la exclusiva, le ganaste a otros medios, solo por pocos segundos. Pero no hay emoción, entusiasmo, las caras de felicidad en tus jefes, porque otra vez la hicimos, dimos la primicia, le ganamos a la competencia. Y más allá de eso, la felicitación de los colegas, las palmaditas en la espalda, las expresiones de «te la comiste hermano», así se hace. Y tú te sientes grande, inflado de orgullo, sintiendo que tienes el control, y que aunque este logro no represente una remuneración económica al final del mes, para ti es una satisfacción muy grande, porque amas lo que haces, le pones pasión, sientes que naciste para esto, para hacer periodismo.
Este es un tema del cual pasaríamos horas hablando, ya que hay muchos altibajos que contar, analizar o comparar, pero para hacerlo más sencillo resumiré en tres etapas, o podemos decir en tres generaciones como veo el periodismo de ayer y hoy. Claro está no voy a referirme al que se hacía a principios y mediados del Siglo XX, cuando la prensa escrita era la reina del acontecer informativo.
De este análisis que hago, recuerdo en primer lugar el periodismo de la libreta, las cámaras de fotografía de rollos y flash, las cámaras para televisión también con cintas de películas y los grabadores, que utilizaban más que todo quienes trabajaban en radio y que eran incomodos de cargar por el tamaño, sobre todo para los hombres, porque cabe recordar que en un principio esta profesión era casi exclusiva para los varones, no había muchas mujeres en los medios.
Luego vino la segunda oleada, grabadores pequeños, cámaras de video (VHS. BETAMAX. CD); teléfonos celulares que cada día eran más sofísticos y pequeños, cámaras fotográficas que usaban diskette y luego cámaras digitales con memoria. Los mini grabadores, después los MP3 para grabar que se descargaba en la computadora, y cámaras de video con CD o mini cassete livianas y fácil de cargar.
Y llego la tecnología a los medios, y con esta, el internet, las redes sociales y casi todos esos grandes y pequeños equipos desparecieron, quedaron para el recuerdo. En la actualidad con un teléfono celular de última generación, puedes tomar apuntes o grabar una entrevista para prensa, transmitir para una emisora de radio, hacer fotos y grabar videos y trasmitir en cuestión de segundo cualquier hecho que ocurra a través de las redes sociales de forma inmediata, incluso simultáneamente a como está ocurriendo.
No pretendo descalificar el periodismo de ayer ni el de hoy. Cada generación de periodistas que le ha tocado ejercer su profesión en estas etapas, sabe de lo que he señalado y sopesa su trabajo. Lo que si me queda claro es que hacer periodismo, en cualquier época debe hacerse con veracidad, objetividad, honestidad, ética y amor por lo que hacemos. Quienes tenemos la dicha de vivir y ejercer esta profesión en estas tres etapas que he indicado, bienvenido sea, porque hemos podido ser partícipe de los cambios. Cada uno debe ser crítico y formarse su opinión, sin juzgar ni menospreciar el periodismo de ayer y el de hoy.
Por: Perla Lara, Periodista.
CNP. 6.532