Representantes de la Escuela Básica Félix Anotnio Calderón y el preescolar Inés Ponte del sector 23 de Enero denuncian que frente a ambas instituciones educativas hay basura acumulada que genera la proliferación de insectos y roedores y afectan a los estudiantes.
Los padres destacan que los malos olores se vuelven cada más insoportables y la incomodidad crece ante la falta de respuestas. Aseguran que este problema tiene más de cuatro meses cuando dejó de circular el aseo urbano por la zona.
23 de Enero es un sector perteneciente a la parroquia San Simón de Maturín y está ubicado a pocos metros del casco central de la ciudad y los vecinos no tienen conocimiento sobre la falta del servicio de aseo.
«No sabemos porque el aseo dejo de pasar por aquí, no hay regularidad en la recolección de basura y muchos vecinos botan la basura en la calle y otros las queman para deshacerse de ella», destacó Graciela López.
Los habitantes de la comunidad manifestaron que los animales han roto las bolsas de basura y estos desechos están regados en las calles, sobre todo cerca de las instituciones educativas.
«Ahora está regada la basura porque los animales rompieron las bolsas. El aseo urbano no pasa por el sector y la preocupación de nosotros es por los niños que tienen ese basurero cerca y se pueden enfermar», resaltó López.
