Un nuevo billete de 2.000 pesos (unos 8 dólares), entró en circulación el martes 23 de mayo en Argentina, en un intento de frenar la inflación registrada en el país, estimada en un 108%.
«Este billete de mayor denominación permitirá mejorar el funcionamiento de los cajeros automáticos y al mismo tiempo optimizar el traslado del efectivo», señaló el Banco Central en un comunicado con el que anunció la medida.
El billete de 1.000 pesos, equivalente a unos 4 dólares, se había mantenido como el billete de mayor denominación en el cono monetario argentino. «Ayuda el billete de 2.000 pesos, pero se queda muy corto. El de 5.000 pesos debería llegar pronto», dijo Isaías Marini, economista de la consultora Econviews, citado por el portal especializado IProfesional.
Los pagos en físico se han vuelto una odisea para los argentinos, quienes optan por no llevar con ellos grandes cantidades de efectivo, a causa de la gran cantidad de billetes que requieren para pagar.
Según una serie de cálculos efectuados por economistas, un café con leche con medialunas (croissants), tradicional desayuno en bares, cuesta en promedio 1.200 pesos y un emparedado con una bebida gaseosa en una cadena de comidas rápidas se consigue por 2.000 pesos.
