La Peña: donde prevalece la fe, incluso en la adversidad

El desastre siguió hasta La Peña, donde rápidamente el pueblo se vio sumergido en aguas devastadoras que acabaron con prácticamente todo. Los rostros de los ciudadanos, marcados por el cansancio y la preocupación, eran testigos del panorama desgarrador de ver a sus hogares destruidos.

La historia se replicó en este pequeño caserío. Sin duda, el corazón de la comunidad se detuvo al ver cómo años de esfuerzo se perdió en un abrir y cerera de ojos. 

Sin embargo, la fe de los montesinos se mantenía en alto como un faro en medio de la tormenta. Aunque quedaron damnificados, el espíritu de la comunidad estaba fortalecido por un simple hecho: estar vivos.

La esperanza, que había sido un refugio en el caos, se convirtió en la fuerza motora que impulsó a los residentes de La Peña a tener ímpetu para continuar.

Aunque son conscientes que el camino hacia la recuperación es largo y difícil, saben que podrán levantarse. Ellos son una prueba fehaciente de que, en la noche más oscura, la fe y la resiliencia siempre buscarán la forma de prevalecer. 

Viviendas afectadas 

Según la información de los pobladores, en el lugar había aproximadamente 19 casas, de las cuales solo dos siguen en pie.