La madrugada de este domingo, rebeldes sirios pusieron fin a décadas de mando de la dinastía Al Assad. Tras avanzar hacia Damasco, capital del país, y tomar el control, los insurgentes declararon el territorio «libre» del régimen que gobernó el territorio durante 53 años.
De esta forma, culminó la ofensiva iniciada el pasado 27 de noviembre y finalmente, terminó con el control ejercido desde 1971. En apenas una semana, las fuerzas encabezadas por el grupo Hayat Tahrir al-Sham (HTS) se hicieron del control de las zonas clave de la nación, Alepo, Hama y Homs, hasta llegar al área capitalina.
En un mensaje transmitido a través de la televisión estatal, los miembros de la insurgencia proclamaron «el fin del régimen». De igual forma, llamaron «a los muyaidines y los ciudadanos a respetar y preservar la propiedad del Estado libre de Siria».
Muhammad Al-Jalali, primer ministro de la nación, confirmó la caída del gobierno de Al Assad, al mismo tiempo, señaló que están dispuestos a entregar el poder de manera pacífica y «ayudar a hacer lo mejor para el pueblo».
«Este país puede volver a la normalidad, este país puede tener buenas relaciones con sus vecinos y con el mundo… Esto está en manos del gobierno que elija el pueblo sirio», pronunció.
De acuerdo con medios internacionales, el anterior mandatario habría huido del país tras el avance de las fuerzas rebeldes. Hasta los momentos, se desconoce su paradero.
